lunes, 12 de abril de 2010

LOS NIÑOS DEL PERÚ: VIOLENCIA, DESAMPARO E INDOLENCIA


Nada más injusto que la muerte temprana. Ni más oprobioso que la indiferencia ante la violencia y el maltrato al sector más frágil e indefenso del cuerpo social. Por eso nos perturba tanto el cúmulo de realidades que tienen como rasgo común la muerte o el sufrimiento de los más pequeños.
Se sabe, por ejemplo, que en el Perú 50.000 niños y adolescentes trabajan para obtener algunos gramos de oro. Los organismos internacionales reportan los graves riesgos que corren estos niños trabajadores vilmente explotados. Indiferencia.


  • Victimas de la contaminación
    Hace algunas semanas nos informamos que la niña con más plomo en la sangre, Tais Palma Carhuarica, de Cerro de Pasco, sufre de epilepsia secundaria, intoxicación de plomo severa, anemia y retraso mental producto de la inactividad de la parte izquierda de su cerebro. Su hermano también lleva 100 microgramos de plomo en la sangre. Sus padres tuvieron que peregrinar hasta conseguir que se le atendiera en Lima.

  • Esclavos del terror.
    Ante las denuncias hechas por el premier Simon acerca de los niños reclutados por el senderismo, Ronald Gamarra, secretario ejecutivo de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, ha declarado que el caso será informado a la ONU, al momento de repudiar el reclutamiento forzado y la esclavitud a la que el grupo terrorista somete a los menores.

  • El maltrato de cada día.
    Según UNICEF “Diariamente, miles de niños y niñas en el Perú son maltratados física y psicológicamente por sus padres, madres, parientes, profesores, o por cualquier adulto que considere al castigo físico como normal, aceptable y hasta “necesario”. Las víctimas de estos casos no aparecen en las estadísticas, salvo que los “castigos” hayan originado graves secuelas o la muerte de quienes recibieron los golpes. Aunque esto ocurre con mucha frecuencia, las diferentes formas de castigo físico siguen siendo vistas como un método de disciplina y aprendizaje.”

  • Prostituidos
    En torno a la violencia sexual contra los niños peruanos también precisa que “son conductas sexuales que pueden ser impuestas a una persona menor de edad por un individuo mayor que utiliza incorrectamente su poder o autoridad. Existen dos categorías definidas: el abuso sexual y la explotación sexual comercial. En la primera, el abusador busca tener gratificación sexual. En el segundo caso, el abuso además se convierte en una forma de esclavitud, la víctima está sometida bajo coacción y supone una especie de compra–venta en la cual las personas se convierten en propiedad del explotador.”
    Ante la prostitución de niños y adolescentes la organización internacional que trabaja por los derechos de la niñez advierte que “En el Perú, la explotación sexual comercial infantil es una gravísima situación que afecta a un número creciente de niños, niñas y adolescentes. Lamentablemente no existe una cifra precisa y confiable que muestre la dimensión del problema en toda su magnitud. Ninguna región del país está a salvo de este problema. Además de Lima, las ciudades del país con mayor presencia de este problema son Iquitos, Pucallpa, Tarapoto y Puerto Maldonado, donde redes articuladas en bares, discotecas, prostíbulos y hoteles, además de la explotación que se da en las calles, contribuyen a aumentar esta violación a los derechos de los niños y niñas.
    Además, muchas niñas peruanas son víctimas del abuso sexual. Se estima que en 8 de cada 10 casos de abuso sexual, el abusador es un conocido o parte del entorno familiar de la víctima y que 6 de cada 10 embarazos de niñas de 11 a 14 años tienen como causa el incesto o la violación.”

  • Muertos de frío y pobreza.
    Al menos 119 niños han muerto en lo que va del año debido a las bajas temperaturas y a la gripe estacional. Los niños murieron debido principalmente a complicaciones respiratorias y en muchos casos de neumonía, en zonas donde las temperaturas han bajado a unos 10 grados bajo cero. Cada año se repite esta silenciosa catástrofe. Indiferencia y criminal negligencia.
    Mientras estas situaciones persistan ¿de qué progreso, democracia o civilización estamos hablando?




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